viernes, 21 de octubre de 2011

Eclipse de Dios

Debemos hacer una constatación: hoy en día el cristiano vive su fe en Dios y en Jesús en un contexto particular de "olvido de Dios", en medio de un laicismo difundido que elimina a Dios de la vida pública. Puesto que Dios es la fuente de la vida, el ser humano sin una referencia consciente a su Creador, pierde su dignidad e identidad. El olvido de Dios es el origen de todos los males y problemas de la sociedad. El drama que vive el hombre contemporáneo no es otro sino el eclipse del sentido de Dios y por tanto el eclipse del sentido del hombre, ya que perdiendo el sentido de Dios, se pierde el sentido del hombre, de su dignidad y del valor de su vida. Este olvido o eclipse de Dios es el doloroso producto del secularismo que se va apoderando de nuestra realidad social y cultural en esa trágica modalidad que es el "agnosticismo funcional" descrito como el hecho de vivir, de pensar y de actuar como si Dios no existiera o como si su presencia fuera irrelevante. El eclipse del sentido de Dios y del hombre conduce inevitablemente al materialismo práctico, en el que proliferan el individualismo, el utilitarismo y el hedonismo.

Ver Benedicto XVI y secularismo

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